DE AZÚCAR Y SAL
Por Marley Flores y Lisset Vildózola
Cuando México está considerado como el país con mayor número de niños con obesidad, cualquier avance, por pequeño que se perciba, tiene mucho significado. No sólo implica que se inició el recorrido de un largo camino, sino que los primeros pasos se han dado.
Es así como se recibió con gran reconocimiento, por parte de diversos sectores, la reciente aprobación del Senado de la República, para la prohibición de comida chatarra, dentro y fuera de las escuelas.
109 votos se sumaron a la propuesta de la organización Come Con Ciencia,quien es apoyada por diversos grupos y desde el 2020 han trabajado arduamente para la aprobación de la Ley Infancia sin Chatarra.
En ese contexto, será la Secretaría de Educación Pública (SEP), quien vigile que cooperativas y negocios ubicados fuera de los planteles educativos oferten frutas y verduras a los infantes.
Sin lugar a dudas un gran avance, pero también un gran reto, ya que esta situación tendrá que ser reforzada desde casa, ni las escuelas, ni las cooperativas o negocios, podrán aportar su granito de arena, si en los hogares se da rienda suelta al consumo de productos altos en grasas, azúcares e ingredientes que hacen un gran daño a la salud.
Y para todos aquellos que tienen la idea de que las verduras son insípidas y no podrían ser protagonistas de platillos gourmet, hace unos días, un restaurante vegetariano, francés, llamado ONA se hizo acreedor a su primera estrella Michelín, lo que significa que si los vegetales pudieron convencer a jueces y críticos gastronómicos, bien pueden satisfacer el paladar de cualquier comensal y más aún, a la familia en casa.
Entonces, el trabajo no es únicamente de autoridades, instituciones de educación, médicos y establecimientos, todas aquellas personas que estén involucradas en la elaboración de los alimentos del hogar, tienen también la responsabilidad de reinventar sabores, al final, el beneficio será de gran impacto, menos enfermedades, disminución de la carga en el sector salud y nuestros niños estarán saludables.
El paso está dado, confiamos y esperamos que la Ley Infancia Sin Chatarra, muy pronto sea una realidad.
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