ANIVERSARIO LUCTUOSO DE IGNACIO MANUEL ALTAMIRANO 

Por Miguel Ángel Alarcón Urbán 

El 13 de febrero de 2024, se cumplen 131 años de la muerte de uno de los más grandes exponentes de la literatura en nuestro país, quien dejó profunda huella de su significativa presencia y nos heredó gloriosas letras para la historia del municipio de Yautepec, con su obra reconocida en todo en todo el mundo: “El Zarco” (Episodios de la vida mexicana en 1861-63).

Ignacio Manuel Altamirano, nacido en Tixtla, Gro., fue un poeta de origen indígena, de raza pura, y por el privilegio de su naturaleza escogida y vigorosa, llegó a constituirse en el más prominente y universal pensador contemporáneo.

Reunió muchas facultades como orador, legista, poeta, novelista, catedrático, periodista, militar, diplomático y gran conversador. Altamirano proveniente de una estirpe sin resabios de añejas y caducas transformaciones, conservó todas sus ingénitas independencias, tomando de la sociabilidad y de la civilización, los elementos de comunicación que engrandecía con sus ideas nuevas y su ternura infinita.

No hay en toda América un rival que oponer a Ignacio Manuel Altamirano, artista de la palabra y de la idea que haya brotado espontaneo y luminoso, como un astro majestuoso y desconocido, en suma, el poeta indígena llego a las más remotas comarcas y comunidades para hacer llegar la palabra sin limitar los conocimientos a su raza.

El mismo se pulió con el refinamiento del progreso descubriendo los bríos civilizadores invencibles y progresistas. Altamirano aportó a la cultura de su patria los gérmenes poderosos de su estirpe, conocimientos nuevos, puros y fecundos de un desarrollo maravilloso, que encerraba todos los encantos y las fuerzas latentes de la naturaleza de su raza.
Con ello, se ganó las voluntades y al mismo tiempo venció los obstáculos que se presentaron, conquistando situaciones a fuerza de talento, de dulzura, con explosiones de entusiasmo, de patriotismo, de ternura y de carácter.

Se hizo amar y admirar, cosechando aplausos y encadenando corazones, sometiendo instituciones caducas y emancipando inteligencias y además llegó a ser un abnegado defensor del Derecho, de la libertad del pensamiento y la soberanía de la conciencia, además, maestro de la juventud.

Luchador de la verdad y propagandista de los principios regeneradores de la humanidad. En suma, un civilizador. Ignacio Manuel Altamirano caminó por estas calles, conoció la vida de los habitantes del Yautepec del siglo XIX. Se inspiró en las bondades de nuestro pueblo para después hacer brotar la tinta que, como ríos, corrieron en formas de letras por el mundo para posicionar a Yautepec en el mapa mundial.
Por todo esto, celebramos el aniversario luctuoso de un gran hombre, Ignacio Manuel Altamirano, un indio que valía y valdrá por una generación completa de americanos…c

 

Acerca del autor:

Abogado originario del municipio de Yautepec, apasionado de la historia de Morelos.

Por Génesis

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