Por Verónica Martínez Vielma
Entre tantos hechos importantes que vivimos día con día, a veces se nos pasan algunos que son de vital importancia, y que pueden ayudarnos a sanar, es por eso que hoy quiero hablarles de la tanatología.
¿Qué es la Tanatología? Es la ciencia que se basa en la observación, en el estudio, en la estadística, en ver qué es lo que está pasando, y como solucionarlo.
Tanatología, es la ciencia que nos enseña los pasos por los que se atraviesa cuando tenemos un duelo. (Tanatóloga Miriam Israel)
Un duelo se vive cuando tenemos una pérdida, a lo largo de nuestra vida tenemos varias pérdidas, que nos generan una coraza alrededor de nuestro corazón, la tanatología te lleva de la mano para entender nuestras emociones y canalizarlas de una manera positiva, los pasos son:
Uno.- La negación, podemos decir porqué, si mi mamá siempre fue una buena persona.
Dos.- El enojo o la ira, va desde lo más profundo de nuestro ser. ¿Y contra quién me voy? Muchas veces con quién está más cercano o contra el cuidador primario.
Tres.- Culpa o regateo. Si la hubiéramos llevado al doctor antes, es que los doctores se equivocaron, y empieza una culpa desmedida por todo lo que tal vez no hicimos y solemos prometernos cambiarnos a nosotros mismos en ciertas acciones que tal vez no priorizamos cuando el ser amado estaba en vida.
Cuatro.- La depresión, es una tristeza profunda ante lo que va a venir o ante lo que esta pasando. Toda la familia tiene pérdidas y todos tenemos pérdidas.
El paciente va sufriendo sus propias pérdidas, va perdiendo su salud, de ser una persona totalmente sana e independiente, se convierte en una persona que depende para ir al médico, en ocasiones para bañarse o para hacer ciertas actividades que realizaba comúnmente.
En mi opinión cuando no tienes la oportunidad de despedirte de un ser amado, puedes hacer una carta donde puedes escribir y de cierta manera decirle cosas como las siguientes:
“Te honro como madre, te acepto tal y como eres, te agradezco la vida, te pido me perdones todo acto u omisión, cualquier cosa que haya hecho o haya dejado de hacer que te haya ofendido, no fue mi intención, no tengo nada que perdonarte porque fuiste una madre maravillosa, y tantas otras cosas que puede uno escribir”
Haz tu propia lista con tus palabras, hay tantas cosas por las cuales agradecer.
La única forma en que podemos entender esto, es cuando aceptamos y entendemos que esto que está pasando, es una realidad, nunca dejaremos de extrañar y necesitar al ser querido, pero dejaremos de sufrir.
Una vez que se fue nuestro ser amado, la manera de honrarlo es ser nosotros mismos y dando amor a los otros.
La autora del artículo de opinión es abogada y defensora de los derechos humanos en Morelos.