Por Verónica Martínez Vielma
Don Benito Juárez es una figura muy impórtate de la historia de México, nació un 21 de marzo de 1806 en San Pablo Guelatao en el estado de Oaxaca, alrededor de los 12 años siendo huérfano y sin saber hablar español porque hablaba solo la lengua zapoteca, se fue a la capital del estado de Oaxaca.
Su propósito ya estaba marcado, se fue a vivir con sus tíos y estudio en el seminario de Santa Cruz, pero abandono la idea de ser sacerdote para convertirse en abogado, entro en la política, primero en su estado natal y después a nivel nacional, Juárez es conocido por la reforma de ley de 1859 que estableció la separación de la iglesia y el estado expropiando propiedades de la iglesia e introdujo las bodas civiles.
Lidero a los liberales en la guerra de reforma de 1858 a 1861 lo que hizo que se enfrentara a los conservadores, las fuerzas conservadoras fueron derrotadas, y Juárez marco una fecha para unas elecciones, que gano, asumiendo la presidencia de la república en 1861.
Cuando los franceses tomaron la ciudad de puebla en 1863, y se instaló Maximiliano de Habsburgo como emperador, Juárez se trasladó al norte y realizo una ofensiva en el paso del norte, que más tarde paso a llamarse ciudad Juárez, con la derrota de Maximiliano en 1867 Juárez regreso a la capital, donde su gobierno se embarcó en programas de desarrollo económico y educativo, fue elegido de nuevo presidente en 1871 y murió antes de terminar su mandato.
Actualmente cada 21 de marzo en México no solo se celebra la primavera es también conmemorado el natalicio de don Benito Juárez.
Su más famosa y acertada frase de don Benito Juárez es; “entre los individuos como entre las naciones el respeto al derecho ajeno es la paz”.
La autora del Artículo de Opinión es abogada y defensora de derechos humanos en Morelos.