VISIÓN DE MUJERES

Por Berenice Cano y Velia Duarte

Las migraciones son tan viejas como la humanidad. Las tribus nómadas se trasladaban contantemente buscando siempre mejores lugares para vivir. En nuestro país eran poco frecuente los traslados, solo los que se iban de braseros, exponían su vida con la ilusión de una vida mejor. Pero en lo general, era raro que la gente del norte de nuestra República se fuera a vivir al sureste y viceversa, del sur al norte. Las familias siempre se quedaban en sus lugares de origen, criando un gran arraigo; pero desde los años 50´s del siglo pasado, ya hubo una gran movilización y las costumbres, y los arraigos se volvieron cosa del pasado. Igual pasó en la capital de nuestro país, la gente emigró a lo que entonces era el Distrito Federal, con la esperanza de una mejor vida, mejores oportunidades para estudiar, mejores empleos; y ahora tenemos una capital con muchos problemas, por la enorme población que habita en esa ciudad.

En cuanto a la migración extranjera, sabemos que muchos huyen de la violencia que hay en sus países de origen. Esa pobreza que ha sido la consecuencia de los malos gobiernos, que los Estados Unidos imponen para saquear sus riquezas. La solución no es huir, es luchar dentro de su patria; como en su tiempo lo hizo Venezuela, Ecuador, Bolivia, Perú y últimamente Chile.

Igual sucede en Europa con los países africanos y asiáticos, que fueron dominados por los países imperialistas; y que después de saquear sus riquezas, dejándoles en la pobreza e ignorancia, ahora los reciben a palos; como en España con los migrantes que nadan por el mar desde Marruecos. Estás migraciones ya son un problema mundial, que se deben de resolver con el consenso de todas las naciones ricas; ayudar al progreso de esos países que viven abandonados a la buena de Dios. Deben de recordar que “los derechos sociales vienen de una necesidad de todos los pueblos del mundo, para proteger a todos los ciudadanos, de que se respeten sus ideologías, su religión, etnia, su orientación sexual, edad, derecho a un empleo, educación gratuita, derecho a vivienda, derecho a la cultura y a la alimentación”. Esta declaración se aprobó en París en diciembre en 1948 y más tarde fueron ratificados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el año 1963. Aunque estos derechos no se han cumplido en ningún lugar del mundo; por eso tenemos indígenas desplazados de sus tierras, niños que se mueren de hambre.

Ahora el gobierno mexicano y toda la sociedad del país tienen un gran problema; con la gran cantidad de migrantes que llegan día a día a desquiciar  más nuestras ciudades; ya no vienen humildes, ahora exigen  y hasta golpean  ya no solo a los policías sino a los ciudadanos, que se ven inertes, ante esos números de personas  extranjeras; desconocemos si atrás de ellas hay otros fines, porque algunos  pagan dólares  a los polleros; estas personas  no se ven famélicas ni miserables , bloquean  carreteras y exigen al gobierno camiones para trasladarse  y visas de trabajo.

Aunque en Latinoamérica hay países que se han esforzado para detener este lastre, entre ellos nuestro querido México.

Por Génesis

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