Por Chema Gálvez
La verdad, toda mi vida me han gustado los deportes, hay algunos que me gusta más jugarlos, he practicado, soccer, también americano por un corto tiempo, squash, tenis, natación, boxeo, tae kwon do y triatlón, éstos de manera seria, a manera de disciplina. De forma recreativa patinaje, ya saben esos de cuatro ruedas, jugábamos hockey en la calle, antes lo podíamos hacer, además de que era un medio de transporte eficaz y rápido, fabricábamos mis amigos y yo los palos para pegarle a la bola, era muy divertido y nos dio en una época jugar béisbol, todos teníamos manoplas, en ese tiempo todos éramos Valenzuela y hoy pareciera ser que estamos en camino de Venezuela, curios juego de palabras en fin.
Han pasado tres años de esta polémica administración, sentires y comentarios todos los tenemos, muchos a favor, muchos otros en contra, los resultados de igual manera para algunos buenos para otros muy malos, yo soy de los que opinan que son malos, incluso son desesperanzadores.
Curiosamente el Tlatoani no ha contradicho ningún dato oficial para desmentir el aumento de la delincuencia que está sin control, bueno en realidad si hay control, pero de la delincuencia organizada, la falta de crecimiento económico y el aumento de la pobreza.
Es muy probable que la segunda mitad de su administración que acaba de comenzar su popularidad acuse un notable descenso, jamás ha fallado este fenómeno y es natural, en mi opinión esta vez tampoco creo que cambie y menos por la actitud y el desgaste que ha generado su diaria exposición de las mañaneras o bananeras diría yo, el desgaste y choque con los empresarios, con la oposición, con la clase media y un sinnúmero de sectores de la población, lo que no se sabe a ciencia cierta es como va a ser la caída, será, uno suave o uno abrupto, quizás una caída libre no lo sé, lo que si es cierto, es que estos tres años tendrá que volcarse a cicatrizar todas las heridas que ha abierto, no puede seguirse quedando solo, quizás el no lo ve pero los de afuera lo vamos viendo desde que la sucesión se ha puesto en marcha.
Las tribus que han seguido sus pasos no tendrán ya espacio para generar acuerdos y cumplir compromisos, ni siquiera podrá pagar la lealtad que compra en sus actos masivos, a lo mejor lo único que jamás se le irá será su pasión por el rey de los deportes en los que está invirtiendo aún sin tener una gran afición para las dimensiones de construcción y remodelación de estadios cheleros.
Veremos ahora sí la eficacia o la ineficiencia de su script populachero, a partir de ya, tendrá la necesidad de unir a todos los que le dieron su confianza y a los que ha traicionado incluida la clase científica y artística, la historia será testigo de su posible legado o tan solo quedará como el juego del…SE VA…SE VA…¡SE FUE!
- El autor del Artículo de Opinión es Consultor y Conferencista.