VISIÓN DE MUJERES 

Por: Berenice Cano y Velia Duarte

Cuernavaca, Morelos sigue siendo el mismo municipio donde pasan cosas increíbles; ¿recuerdan aquellos médicos y una enfermera que se robaron unas vacunas del hospital del ISSSTE? ¿Pues qué creen? Que ya los van a reintegrar a sus respectivos trabajos sin tener castigo alguno; porque no creemos que ni siquiera   hayan pisado la cárcel.

Y eso que hicieron fue un robo a la nación. Pero aquí en Morelos, eso poco importa, porque las cárceles están hechas para la gente pobre, la que no tiene dinero para pagar un abogado. Eso sí, si un indigente se roba un pan por hambre, ahí si cae sobre él, “todo el peso de la ley”. Aquí en el Estado siguen las balaceras, la inseguridad, los baches y la basura en las calles.

Pero el gobernador, ahorita está más apesadumbrado por la muerte de una conocida actriz y su tiempo lo está empleando en subir fotos con ella. A ese señor, que quizá fue un famoso futbolista, se le olvida, que ahora es gobernador de Morelos y su deber es que todas las dependencias caminen en orden.

Aquí en Cuernavaca, desde las primeras vacunas que llegaron, ha sido un caos; se hacen filas kilométricas para poder acceder a la vacunación; pero ahora se llevaron la reprobación y el disgusto de toda la población, al tener a las personas con edades de 80 años y más, paradas y haciendo filas inmensas, en las frías madrugadas, hasta tenerlos ahí con el inclemente sol de invierno. Muchos en sillas de ruedas, con bastón, sin ningún respeto, con aglomeraciones, sin sana distancia. Eso sí, con la ilusión de tener su vacuna.

Ahí debería haber intervenido el gobernador, con el secretario de salud y el diputado al que le corresponde ese rubro; para verificar la forma tan humillante, con una falta de respeto y de consideración a los adultos mayores. Pero eso es pedir peras al olmo, ya que, a ningún funcionario, le importan los adultos mayores, ni las críticas, ni la reprobación de todos los habitantes de esta capital morelense.

En la secretaria de Bienestar Social, era una verdadera aglomeración y todavía un “empleaducho”, porque no se le puede llamar de otra manera a esa persona, salió a decir que, si alguno armaba algún barullo o protesta, se le echaría del lugar y se le negaría la vacuna; se portó como si fuera un capataz o un reyezuelo.

Esa gente que está al frente de ese cargo, no tiene compasión a esos viejos que trabajaron toda una vida y ayudaron al progreso de este Estado. Pero a ninguna autoridad, le interesaron las críticas que se les hicieron, ni las molestias o el trato inhumano que se les dio a nuestros padres y abuelitos. Aquí las palabras de López Obrador, de que hay que cuidar a los adultos mayores y que se tiene que acabar con la corrupción, esas palabras, se las lleva el viento.

Pasando a otro tema, el 25 de noviembre, volvieron a salir en la Ciudad de México, esas mujeres, que se hacen llamar indebidamente feministas; ¿Cuántas de ellas, sabrán el por qué se escogió esa fecha para la NO VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES? No fue un capricho, sino es para conmemorar el asesinato de las que fueron objeto las hermanas Miraval; mujeres que lucharon por la caída de aquel cruel mandatario Rafael Leónidas Trujillo, que fue un dictador asesino, apoyado por Estados Unidos.

Ellas sabían a quién enfrentaban, pero sus convicciones y su deseo de vivir en un país libre, las llevo a su muerte; fueron golpeadas salvajemente por los esbirros del mencionado dictador. Aquí en México, tuvimos muchas mujeres que, por ejercer su derecho a escribir notas, que no convenían a los intereses de algunos gobernadores, encontraron la muerte.

Así fueron los asesinatos de las periodistas, Miroslava Breach y Regina Martínez; de la luchadora social Digna Ochoa. El encarcelamiento injusto de Florence Cassez, la detención de Lydia Cacho y de otras más que se nos escapan de nuestra memoria.

 

 

Por Génesis

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