Birán
Por Manuel Martínez Garrigós
«Un grupo de arquitectos de la Universidad Nacional Autónoma de México, dirigidos por Carlos González Lobo ha bautizado estos espacios, estas sobras urbanas, con el nombre de relingos. No me queda claro de donde viene el término…”. Valeria Luiselli. Papeles Falsos. Pág. 74.
Sin duda la UNAM, es la institución de carácter público más fuerte jamás construida en Iberoamérica, casi todo mundo la reconocemos así y por supuesto que no es la excepción la laureada joven escritora Valeria Luiselli que por cierto se dice que hoy sostiene una relación con otro de los más grandes mexicanos que egresó de la noble institución, el cineasta de talla internacional: Alfonso Cuarón.
Para el que esto escribe la UNAM siempre significó “la Meca” del pensamiento ya que soy orgullosamente egresado de la UAEM, como licenciado en Derecho, es decir soy producto de la universidad pública, donde por cierto en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, comencé mi desarrollo profesional como litigante y presidente del CESA, en el lejano año de 1999.
El otro gran acercamiento a la UNAM lo he tenido a través de dos de mis grandes mentores: el emérito, socio, amigo y maestro, me refiero al notable Doctor Raúl Carrancá y Rivas y al mejor director de la Facultad de Derecho el magnánimo abogado constitucionalista Raúl Conteras Bustamante, gracias a los dos intelectuales de la academia mexicana es que en poco más de cinco años he impartido cuatro cátedras y asesorías en la gran institución.
Por lo antes descrito es que me siento con toda la calidad moral y ética para defender a la institución de cualquier embate, lo confirmo con conocimiento de causa, la UNAM, no es un reducto “derechizado” que apueste por el neoliberalismo, las asignaturas que imparto son de profunda reflexión y en las cuatro que he impartido en diversos semestres en su mayoría encontré pensamiento: liberal, progresista e igualitario.
Por eso coincido con otro gran universitario de la UNAM, el Doctor Julián Güitrón Fuentevilla, gran civilista, en su artículo que publicó en el Sol de Cuernavaca, donde refirió algo más o menos así: “en esta ocasión no estoy de acuerdo con el señor presidente”. Yo tampoco.
En lo personal soy gente agradecida y tengo simpatía ya añeja por él continuaré confiándole, mi último paso en la cosa pública efímero por cierto fue en su gobierno federal como director de quejas y conciliación de PROFECO, pero también creo sólidamente lo que reza el mandato popular: “es de sabios cambiar de opinión.”. Ojalá rectifique señor presidente.
- El autor del Artículo de Opinión es actualmente abogado litigante y catedrático de la UNAM.