VISIÓN DE MUJERES

Por Berenice Cano y Velia Duarte

El aborto, un problema añejo del que poco se hablaba pero que ya existía y era un secreto a voces; solo que las mujeres con recursos económicos pagaban hospitales particulares, atendidas con médicos, y las mujeres pobres, iban con una “comadrona”, donde ponían en riesgo su salud y su vida. ¿Cuántas mujeres llegarían a los nosocomios con hemorragias, producto de un aborto mal practicado? Pero gracias a la lucha de miles de feministas, en algunos estados se ha legalizado y ahora el Tribunal Superior de Justicia ha decretado que ninguna mujer puede estar privada de su libertad, por haberse practicado un aborto.

Ese, es un avance más en la incansable lucha de las mujeres y se debe legislar, para que las féminas que tomen esa decisión tengan acceso a hospitales del Seguro Social, del ISSSTE o cualquier nosocomio de los Servicios de Salud. Las mujeres tienen derecho a que las atiendan en las mejores condiciones, sin que pongan en peligro su vida y no dejen en la orfandad a sus demás hijos.

Esta ley ha traído como consecuencia, que algunas iglesias y mujeres se pronuncien en contra, es probable que estén mal informados; las mujeres que abortan, es por su propia decisión, no son obligadas y las que no quieran abortar por sus creencias o su religión, pues que no lo hagan y que cada quien decida sobre su propio cuerpo. No se puede obligar a las mujeres que les falló su control natal o que fueron víctimas de violación, a tener un hijo no deseado, que no pueden mantener ¿para qué traer hijos al mundo, sino se pueden cuidar y mantener? Para que cuando crezcan vayan a engrosar las filas de la delincuencia y las drogas.

Muchos creen que las mujeres que abortan, son jóvenes alocadas y promiscuas, pero no es así, se equivocan, en encuestas se ha comprobado que son las mujeres casadas con varios hijos las que abortan, ya que para ellas sería una carga tanto de trabajo como económica.

La iglesia católica es la más renuente aceptar el aborto, pero muchas mujeres que lo realizan, son católicas. Los sacerdotes o pastores, lo que deberían hacer es convencer a su grey a no abortar y que dejen en paz a las demás mujeres, para que decidan sobre su propio cuerpo.

Estas protestas nos parecen un poco machistas, y nos preguntamos por qué todas esas iglesias tan renuentes no hacen marchas contra los violadores o los hombres irresponsables que dejan hijos en el abandono y que hasta contratan abogados para dar la menor pensión posible.

Nos alegramos mucho que ninguna mujer sea privada de su libertad por ejercer su derecho que tiene sobre su cuerpo y tomar una decisión como el aborto, es algo que solo a ellas les compete. Debemos apoyarlas y entenderlas, ya que el abortar es traumático, no es como ir de picnic.

Toda la sociedad debe de entender, que las mujeres ya no somos las mismas de hace años, ahora leemos, nos preparamos, estamos informadas y ninguna religión nos puede manipular tan fácilmente; también somos respetuosas de las decisiones de las demás mujeres, somos solidarias, ya no nos queda ese refrán que se nos atribuía hace muchos años, que decía: “mujeres juntas, ni difuntas”.

 

Por Génesis

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