Redacción Génesis Comunicación

El artista francés Jean Michel Othoniel fue incorporado el pasado 28 de septiembre a la Academia de Bellas Artes de París, en el marco de su exposición retrospectiva “El Teorema de Narciso”. Dicho trabajo está inspirado en colaboración con Germán Aubin Arroyo Camacho, doctor en Ciencias y jefe de la Unidad Cuernavaca del Instituto de Matemáticas de la UNAM.

El doctor Aubin y el artista han tenido una cooperación prolífica que condujo a exposiciones en Buenos Aires y Montreal, y llevó a que Othoniel donara a la UNAM su escultura “Noeud infini”, que tiene un lugar especial en la Sala de Matemáticas del Museo de Ciencias, Universum, de nuestra casa de estudios.

Sobre la llegada de la exposición al Petit Palais, el doctor Arroyo asegura que “es un reconocimiento superpoderoso, superinteresante, no sólo a mí y a las matemáticas. Es un reconocimiento a la obra de Jean-Michel, y a que las matemáticas tienen un espacio en el mundo de las artes, que pocas veces tiene, no es sólo uno de estos encuentros sobre la proporción matemática de una obra, sino que es un lugar que las matemáticas merecen dentro del mundo cultural, y eso me da mucho orgullo y alegría, es un trabajo que llevo haciendo desde hace 10 años, tratando de acercar las matemáticas a la gente con cosas llamativas que existen en esta ciencia, y tener estos foros es muy importante”.

Las matemáticas y el arte

Detrás del arte y de las matemáticas siempre hay un discurso – comenta el doctor Arroyo – ya sea el artista o el matemático quieren decir algo, en matemáticas en un teorema, uno trata de decir una verdad en un sistema axiomático, hay bagaje que dice tal cosa, y nos rompemos la cabeza para garantizar que la afirmación sea cierta; en el arte también, hay algo que quiere transmitir el artista, y con la obra y su contexto se entiende y se festeja.

En ese sentido son muy cercanos, aunque no es el mismo ámbito, ni el mismo lenguaje ni el mismo fin, son dos lenguajes que quieren decir algo, y en este tipo de visualizaciones, que quedan en medio, permite traducir, esta maravilla o sorpresa, el gusto que nos da a los matemáticos cuando demostramos un teorema, eso nos produce fascinación, es el momento Eureka.

Para transmitirlo a la gente hay dos opciones: enseñar el lenguaje profundo matemático que es tan complejo como aprender otro idioma, o bien poderlo traducir utilizando el arte, mostrar esos conceptos y transmitir esa maravilla, es un lujo, es un acierto muy interesante que ayuda y la gente se maravilla también.

La exposición inaugurada el 28 de septiembre es la primera intervención en el museo y los jardines del afamado Petit Palais de la Ciudad Luz, y es la primera de este tamaño que hace en solitario desde 2011, cuando presentó “My Way” en el Centro Pompidou.

El trabajo del artista está basado en el mito de Narciso y también en la teoría de los reflejos, la cual ha sido un diálogo por más de 10 años con el doctor Germán Aubin Arroyo Camacho.

En la página oficial del Petit Palais de París se menciona la colaboración con “el matemático mexicano, en una invitación para soñar, y mientras sea posible, resistir la desilusión del mundo”.

La exposición cerrará sus puertas al público el 2 de enero de 2022.

Por Génesis

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