Por Chema Gálvez 

Los padres nos preocupamos por muchas cosas, los míos seguro lo hicieron conmigo, desde cómo iba en la escuela hasta mi gusto por alguien, si tenía novia, en fin, cosas de todos los papás, siempre preocupados por el bienestar y la felicidad de los hijos. Algo creo muy significativo y que determina mucha de nuestra felicidad cualquiera que sea este concepto es la cantidad de amigos que tenemos, si tenemos muchos determina un valor o una etiqueta de popularidad que nos hace pensar que todo esta bien.

Hay otros factores que empezamos a considerar después de que nuestros hijos tienen amigos, ¿serán educados? ¿tendrán buenas costumbres? ¿son buena influencia para nuestros inocentes hijos?.

Tener amigos no determina si vivimos en la soledad, el estar solo es un sentimiento interno, personal, es una experiencia en la que pareciera que el mundo es un juego sin salida.

En Morelos con nuestro gobernador Cuauhtémoc Blanco no es un solamente un sentimiento, es una verdad, su gabinete como es sabido fracturado, todos jalando para todos lados excepto para atender los graves problemas de nuestro estado.

El Cuauh siempre ha sido popular, amigos tiene un titipuchal los mismos que lo cobijaron y lo convencieron para aceptar la gubernatura, “órale aviéntate puedes hacer los negociazos mi Cuauh”, “ ahora si ya la hicimos”  cómo estará todo que en la gira de dos días que realizó por nuestro Morelos el tlatoani Macuspano tuvo que sacarlo de su escondite preferido con el espaldarazo necesario “ no estás solo”, hoy el presidente es su único amigo  hacerlo público fue necesario ante el desastre, una clara advertencia para el o los que osen meterse con el amigo del balón, desde la Fiscalía General de la República pasando por la del estado hasta la UIF de Santiago Nieto.

La percepción de esta administración no es nada buena, se huele y se siente la ingobernabilidad del estado, desde la violencia derivada por la delincuencia organizada hasta el rotundo fracaso de los protocolos existentes y ahora exhibidos con el trágico linchamiento de Huitzilac que dio una lección que esperemos sea irrepetible, la confrontación por lo que se deja de hacer dejando en el abandono todo lo mínimo indispensable que debe de garantizar el gobierno, la seguridad. Pablo Ojeda se hizo responsable verbalmente, pero eso ya no basta, de hecho, dentro de su sueño guajiro debe de estar abatido, se le fue la candidatura para gobernador, la misma que desde que llegó tenía perdida.

La popularidad, la sonrisa y el aparentar que se es del pueblo no es suficiente, para serlo se hace, se está, se suda la camiseta como diría Cuauhtémoc pero no le alcanza como le está dejando de alcanzar al mesías salvador…DIME CON QUIÉN ANDAS Y TE DIRÉ QUIÉN ERES.

 

  • El autor del Artículo de Opinión es actualmente Consultor y Conferencista. Fundador de GRC Consultores.

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