Birán
Tal y como lo escribí hace unas semanas en este espacio de mi amiga y compañera de hace muchos años la gran periodista, reportera y columnista Minerva Delgado Torres, creo ser un autorizado para poder abordar los polémicos temas de la paradisiaca y enigmática isla caribeña, suelo cañero que vio nacer próceres del talante de: José Julián Martí Pérez, Frank Isaac País García, o «Paris», el liberal Eduardo René Chibás y Ribas, Vilma Espín Guillois, Camilo Cienfuegos Gorriarán, Fidel Alejandro y Raúl Modesto Castro Ruz y para rematar allá vivió el ícono universal de las revoluciones Ernesto “Che” Guevara.
Pero para centrar el tema, la semana pasada me invitó mi gran amigo y maestro el abogado que egresó de la Universidad de Harvard, César Augusto Santiago Ramírez, ha discutir en sus redes sociales algo que para mi no debió de levantar tanto polvo como lo hizo, la invitación del Presidente Andrés Manuel López Obrador, a su homónimo de Cuba, el profesor e ingeniero Miguel Díaz-Canel, a la ceremonia patriótica del 16 de septiembre.
La primera ocasión que escuché del nativo de Villa Clara, en Cuba, puras cosas buenas, por cierto, fue a instancias de otro gran izquierdista el hoy Diputado Federal, Leonel Godoy Rangel, en esas ligeras tertulias intelectuales que solemos tener con otros dos autorizados en el tema el Doctor Raúl Carrancá y Rivas y José Martínez Garrigós. Con ellos y con César Augusto Santiago Ramírez coincidí en que es insulso e inhumano el deleznable bloqueo que por años le han aplicado injustamente a los cubanos.
Cuba es tan importante para el mundo que como bien se los hago notar a mis alumnos de la cátedra de Sistemas Jurídicos Contemporáneos, es país a estudiar en el programa de la Facultad de Derecho, de la UNAM, y para entenderla como dicen los que saben “a la luz de la razón” en una forma pragmática les suelo recomendar el gran film que es historia de la vida real que se intituló: “Cuban Network”.
En el caso del Estado de Morelos, da pena hasta escribirlo, pero estamos perdidos en todos los sentidos y con las peores autoridades de la historia, es increíble que en la tierra de otro gran revolucionario Emiliano Zapata Salazar, suelo de gestas heroicas que tendieron a la tan ansiada justicia social, espacio geográfico electoral de raigambre izquierdista donde ganó el Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano en 1988 y siempre triunfó Andrés Manuel López Obrador, nadie diga nada, “de pena ajena caray”.
Pero regresando a mi charla con el Maestro César Augusto Ramírez, me quedo con lo conversado en sus redes sociales, queremos, es más, desde esta muy modesta trinchera exigimos una América unida al son del gran “Canto General”, de Pablo Neruda, en los Libertadores, que lo mismo escribió de Abraham Lincoln, que, de Benito Juárez, por citar solo dos; un Estados Unidos más de Barack Obama y menos del impresentable Donald Trump.
- El autor del Artículo de Opinión es abogado litigantes y catedrático de la UNAM.