DE AZÚCAR Y SAL
Lisset Vildózola y Marley Flores
Si hay algo en lo que hemos insistido, es en la falta de impulso a la gastronomía morelense, en lo poco que figura nuestro estado en el mapa gastronómico del país y en lo mucho que hace falta difundir nuestra cocina, por eso reconocemos los esfuerzos que se hacen para este fin.
Recientemente, el Instituto de Capacitación para el Trabajo en el Estado de Morelos, (ICATMOR), firmó un convenio con la Asociación Mexicana de Chefs Nueva Generación, con la finalidad de revalorar la cocina tradicional morelense y difundir nuestra gastronomía, comenzando por el primer eslabón, la población de cocineros interesados en las recetas de las comunidades de nuestra entidad.
Sin duda aplaudimos el esfuerzo, porque se debe iniciar justo por quienes elaboran los platos, quienes hoy están en contacto directo con la cocina y quienes estarán mañana, para que a pesar de las dificultades del entorno, la gastronomía tradicional se mantenga, se conserve y las recetas se difundan.
La idea es generar cursos de cocina tradicional morelense; pero además, conocer los ingredientes endémicos de cada región y su potencial, no olvidemos que somos un estado con historia y legado agrícola, generador de productos de excelente calidad como el chile, la cebolla, nopal, jitomate, aguacate, arroz, miel y muchos otros productos que tienen calidad de exportación y que son la base de la alimentación nuestros municipios.
No debemos olvidar que el clima y la diversidad definen nuestra cocina y que influyen en la calidad de los ingredientes, que si en nuestro estado el clima genera una división geográfica, genera también un tipo de cocina distinto en cada una de estas regiones; hay mucho que hacer en esta materia y siempre es grato saber que se suman esfuerzos para poner en valor nuestra gastronomía, pensando que puede ser motor de reactivación económica.
La intención de esta suma de esfuerzos, de acuerdo con lo que explica la Asociación Mexicana de Chefs, es ir a fondo en el conocimiento de la cocina de tradición, generar sinergia entre las cocineras tradicionales y los interesados en su cocina, es conocer las comunidades, tener contacto con el producto en campo, saber de las cualidades y bondades de los ingredientes, entender el origen de cada receta y finalmente crear un recetario como resultado de los talleres.
Aplauso entonces para esta iniciativa que genera el ICATMOR porque hace falta que las instituciones vayan más allá de sus actividades cotidianas, que se interesen en cómo enriquecer y mejorar lo que hacen para fortalecer sectores y apoyar a las comunidades, generando así un círculo virtuoso que dé como resultado reactivación económica.
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