Por Verónica Martínez Vielma
El retorno del talibán en Afganistán ha desatado terror en las mujeres y niñas afganas.
En 2001 el gobierno estadounidense, atacó al régimen talibán, como respuesta al atentado de las torres gemelas, con la bandera y misión de combatir el terrorismo.
Consecuencia por la cual, durante 20 años, a las mujeres afganas se les permitió estudiar, trabajar, transitar en las calles, y usar ropa colorida.
Los talibanes han demostrado ser crueles y radicales en la aplicación de la norma islámica, pero las mujeres y niñas son las que se han llevado el peor trato.
Con el retorno del talibán, las mujeres afganas solo podrán estudiar hasta los 8 años, todo tipo de estudio será estrictamente prohibido, incluso desde casa; a los 12 años serán obligadas a casarse con los talibanes, podrán salir solas a la calle, con el permiso firmado de su esposo o en compañía de él.
Además de invisibilizarlas con el burka, que es un tipo de velo que prácticamente cubre todo su cuerpo y rostro, únicamente las deja ver.
En Afganistán las mujeres han sido asesinadas, apedreadas, azotadas, maltratadas, humilladas y borradas del escenario público por el régimen talibán, lo han hecho en el pasado y nada les impedirá hacerlo ahora.
Las mujeres afganas están aterradas, por el regreso del régimen talibán, ven como vuelven a perder sus derechos, que les costó sangre ganar, tienen el recuerdo de las violaciones graves a sus derechos humanos y la desesperación por huir de Afganistán, es indescriptible.
El presente y futuro de las mujeres y las niñas en Afganistán, es escalofriante, el impacto es severo en la sociedad y generaciones venideras, es un retroceso en la vida social, cultural y política de las mujeres.
Aun no hay paz, el vecino país del norte; ¿realmente está dando fin una guerra? Si desde la premisa de guerra, es la ausencia de paz, en mi consideración, la respuesta es no.
- La autora del Artículo de Opinión es defensora de los derechos humanos y abogada.