Por Berenice Cano y Velia Duarte
Por fin se terminaron las elecciones y con ellas las campañas electorales que no fueron iguales a ningunas otras. Los candidatos ya no nos indilgaron sus discursos aburridos con una sarta de mentiras. Ahora, tuvieron otro formato, era como un carnaval; unos cantaron, otros bailaron, hicieron acrobacias, pantomimas, hubo de todo. No podía faltar su toque de violencia; ya que varios candidatos fueron asesinados.
Todos con la intención de llegar al poder, otros para recuperarlo y los más, con la esperanza de gobernar con honradez y sacar a México adelante. Los traidores que nunca faltan, ahora fueron ricos empresarios que, como en los tiempos de Madero, ya hace más de un siglo, recibieron dinero del gobierno de Estados Unidos. Igualmente se unieron todos los medios de comunicación habidos y por haber para derrocar al presidente Andrés Manuel López Obrador; pero ni con todo el dinero ni con toda la prensa encima, lo lograron; no pudieron ni tambalearlo. Se olvidaron que el pueblo ya despertó, no es el pueblo ignorante de aquel entonces. Quizá sean descendientes de aquellos que llegaron hasta el asesinato del presidente Madero y Pino Suárez, con tal de llegar al poder.
Algo que nos asombra a muchos, es que creíamos que el dinosaurio ya estaba muriendo, pero no, ahí está vivito y coleando. El sol azteca, ese sí, su resplandor ya terminó, se apagó; ya solo quedan algunos líderes nacionales que no tienen arraigo ni dignidad, ahí están tratándose de agarrar de otros partidos para poder sobrevivir y no perder las prerrogativas a que tienen derecho. Y el PAN que ganó la presidencia municipal, a los pobladores de este sufrido municipio se les olvido que Acción Nacional ya nos gobernó y fueron fallidos sus trienios y sexenios.
Los fundadores de Morena, luchadores sociales que son honestos y fieles a sus ideales, fueron desplazados por una camarilla de personas que solo les importa el poder y el dinero. No se obtuvieron los resultados que muchos esperábamos, de los diputados locales, solo se tuvieron siete de Morena y de las presidencias municipales 12 de los 36 municipios del estado de Morelos; de las diputaciones federales, ahí no estuvo tan mal.
Pero la esperanza muere al último, así que esperemos que la próxima legislatura local sea más eficiente y sea más cercana a los problemas de la sociedad; y no se la pasen en pleitos, gritos y sombrerazos. Y que el presidente municipal, saque adelante a este sufrido municipio; que la capital morelense vuelva a florecer como antaño; queremos una ciudad limpia, segura y sobre todo sin falta de agua.