Por Víctor Hugo Díaz

Un sábado, cerca de las nueve de la noche, muchos preferimos prepararnos para descansar e ir a dormir, más hoy que lo recomendable es quedarse en casa, para evitar enfermar de COVID y continuar con esta que se ha vuelto una larga temporada de contingencia. Pues bien, un sábado que parecía regular, recibo una llamada de una persona que me pedía ayuda, no de forma directa, pero si para un familiar que acababa de sufrir un accidente automovilístico, brevemente y obviando detalles, así la historia:

“Este fin de semana, decidimos salir a visitar a algunos familiares en Michoacán, el día sábado íbamos de regreso a la ciudad de Cuernavaca, en el estado de Morelos. Eran casi las 7 de la noche, cuando circulábamos por una avenida principal en el Estado de México, todo parecía normal y tranquilo, en el auto viajábamos además de mí que era el conductor, mi hermano, su esposa y mis padres, en total éramos 4 personas en el auto. De pronto y sin tener oportunidad de reaccionar, un vehículo del sentido contrario, invadió nuestro carril, impactando fuertemente nuestro auto, todos los que ocupábamos el auto fuimos sorprendidos, resultando  todos con lesiones desde leves y hasta graves, como lo fue para mi hermano. Lo primero que hice en cuanto pude bajar del auto fue ver que el auto en el que viajábamos estaba desecho de la parte frontal y afortunadamente nadie tuvo consecuencias mayores, en tanto, vi que las dos personas que viajaban en el auto que nos impactó, claramente se encontraban en estado de ebriedad o bajo el efecto de sustancias psicotrópicas o narcóticas. En ese momento les pedí que marcaran a su seguro, a lo que respondieron que no contaban con una póliza, por lo que yo procedí a marcar al número de la cabina de siniestros de mi cobertura”.

En resumidas cuentas, este siniestro termino, con pérdida total de un auto 2017, 5 personas ingresadas a hospital a valoración, uno de ellos con lesiones graves y fracturas que ameritaron cirugía de emergencia, además de los daños ocasionados en vía pública. Hasta aquí pareciera que todo pudiera transcurrir normal, a pesar de que el automóvil que causo el accidente no traía seguro, ya que quien sufrió los daños marco a la cabina de siniestros, que pareciera ser de su aseguradora.

Honestamente, por tratarse de un amigo pidiendo apoyo para su familiar, fue que decidí que apoyaría hasta donde me fuera posible, ya que el proceso requeriría que además de la intervención del ajustador de la aseguradora, interviniera el agente que dio la asesoría y colocó la póliza, pues conoce a detalle las condiciones y aseguradora en la que está protegido el vehículo, pues existe siempre una relación contratante-agente-aseguradora.

Y cómo había dicho, hasta ese momento todo parece ser regular y que podría asesorarlos sin problema o hasta cierto punto darles seguimiento; lo que viene es lo que comenzó a complicar la situación, primero, resulto que el auto trabajaba para plataformas como Uber y Didi y que su seguro era única y exclusivamente para cubrir en caso de estar en viaje dentro de las plataformas, esto quiere decir que al ser utilizado de forma particular, no estaría cubierto por la empresa con la que contrató. Y pensarás “pues fácil que diga que estaba en un viaje”, pues resulta que para validar que esto sea real, te pedirán que compruebes que estabas en servicio, esto es muy sencillo si trabajas en una plataforma, puesto que la aplicación que utilizas marca la hora de inició y la hora de finalización de todos tus viajes.

Y bueno si piensas que ya todo está perdido, déjame decirte que como negociador ya has perdido desde ese momento. Lo siguiente sería recurrir a las condiciones generales y las leyes que regulan los seguros, para analizar alguna posibilidad de que la aseguradora pueda hacerse responsable del siniestro y todo lo que ha resultado de este como la reparación o pago del vehículo, los gastos médicos del conductor, los gastos médicos a los ocupantes, los cargos generados por responsabilidad civil y además la asesoría legal; por lo tanto procedí a pedir su póliza a forma de conocer sus coberturas y claro está, también para saber cuál era su aseguradora. He ahí donde resulto otro pequeñísimo detalle, el auto se encontraba afiliado a lo que podría ser una sociedad mutualista. Hasta ahí podría haber sido normal, hasta que realicé la búsqueda en la página oficial del gobierno federal de CNSF, donde verifique que la empresa pertenecía a una mutualidad, lo cual quiere decir que no está al sector asegurador, sino que es una asociación que se constituye para afiliar a personas, mediante el pago de una anualidad, la sociedad protege a sus afiliados de algunos riesgos, por medio del fondo que se genera de sus aportaciones, en este caso, la mutualidad se constituyó para cubrir unidades que operan en aplicaciones y transporte público. Al tratarse de instituciones financieras no reguladas, a las  mutualidades no hay forma de darles seguimiento en CNSF y CONDUSEF en casos de incumplimientos de pago o falta de seguimiento es necesario acudir a un ministerio público.

Al final en este asunto, aún en mi buena intención de ayudar con mi experiencia como agente de seguros certificado, el siniestro se encontraba totalmente fuera de mi alcance; primero por no ser una póliza que yo había emitido y podría hasta haber estado en una asegurado distinta con las que tengo contrato comercial para operar; segundo, si este hubiera sido mi cliente, seguramente lo habría asesorado para estar cubierto dentro y fuera de plataforma, por lo que el siniestro en cualquier condición hubiera sido cubierto con su seguro; tercero, resulto ser que está mutualidad era muy cara para lo que cubría, tenía muchas limitantes en cuanto a pago de siniestros y; cuarto, resulto ser más caro el caldo que las albóndigas, a menos que den seguimiento en el ministerio público en contra de quienes les ha ocasionado todos estos perjuicios, lamentablemente, estás personas se tendrán que hacer cargo de sus gastos médicos, la recuperación de su auto y hasta de los daños ocasionados en vía pública.

Por lo que hoy y siempre, te recomendaré, tratándose de temas financieros, siempre recurre a un especialista, a una persona certificada y avalada para asesorarte en el tema que necesitas, siempre verifica que estás personas realmente se encuentran vigentes y que las empresas que representan estén legalmente constituidas y reconocidas en su ramo. Nunca está de más, es por ti, para recibir información real, actual y funcional, créeme que vas a tener una experiencia positiva y te ahorraras un montón de situaciones negativas.

Para aprender de este y otros temas, no dudes en contactarme o si requieres más información o asesoría de previsión financiera, contactame por redes sociales, búscame como @HugoDiazMiAgente, esta semana podrás encontrar en mi página de Facebook, el link para saber cuáles son las aseguradoras y sociedades mutualistas autorizadas en México y el link para saber si tu agentes está autorizado.  Como siempre espero que estén muy bien, tengas una excelente semana, asegúrate de  vivir tus sueños y cumplir tu proyecto de vida.

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Por Génesis

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