DE AZÚCAR Y SAL
Por Marley Flores y Lisset Vildózola
Pavo, Romeritos, Bacalao, Pierna, Lomo y hasta pozole son varios de los platillos que seguramente estarán presentes en muchos hogares mexicanos, en esta próxima navidad.
Si algo nos caracteriza en estas fechas decembrinas, son las grandes reuniones familiares, no sólo están llenas de bullicio, luces, piñatas y música, en este emotivo encuentro, resaltan al máximo muchos de los sabores que únicamente disfrutamos durante esta temporada.
En el marco de la festividad existe una antelación que de manera mágica une, es un momento en que el equipo llamado familia divide y organiza cada una de las actividades, en aras de disfrutar diversos manjares navideños. De esa manera, en algún momento observamos a nuestro seres queridos y algunos de ellos están pelando los tejocotes, separando los gajos de las mandarinas, colocando en esas grandes ollas, jamaica, canela, azúcar…
En espera de que al inicio del hervor del agua, el resto de los ingredientes se añadan, el objetivo, un aromático ponche, una de las bebidas más representativas que sólo podemos deleitar cada año.
Otra parte del equipo combina perfectamente la manzana, ciruela pasa, duraznos, pasas, nueces y crema, están creando esa ensalada que será la compañera perfecta de un lomo adobado.
Los mexicanos nos unimos antes y durante la cena navideña, reforzamos lazos, hacemos a un lado las discrepancias familiares y en ese momento culinario, aquellos que ya no están físicamente con nosotros, se hacen presentes, quién no elabora la receta de la pierna de la abuela, el pollo relleno de picadillo de la madre, el bacalao de la prima, son tantos los recuerdos y sabores que nos envuelven, que embriagan el ambiente y las emociones salen a flor de piel.
Cuando los resultados del trabajo se observan en esa gran mesa que nos espera, no hay mayor gozo que observar a los invitados, las muestras de asombro por la cantidad de comida que disfrutarán. Es sólo la consecuencia de un gran esfuerzo, es la unión de diversos ingredientes y el principal, sin duda, el cariño con el que fueron preparados cada uno de esos platillos.
Quienes escribimos esta columna, les deseamos que en estas fechas prevalezcan esos sabores de familia que los unen, que conformen su equipo, los involucren, establezcan un objetivo, construyan confianza y generen ese sentido de pertenencia, para lograr una Navidad muy a la mexicana.
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