No hay diario que no se haya referido a la detención del general Cienfuegos, secretario de la defensa en la administración de Enrique Peña Nieto. Y poco se podría agregar a las conjeturas y puntos de vista hasta ahora expresados. Yo muy brevemente me referiré a otro general que hoy cumple 50 años de haber fallecido. Y aunque también la historia es de sobra conocida, vale la pena, por un lado, enumerar en un plumazo sus principales aportaciones y por el otro, algo de sus estancias en Cuernavaca y lo que ello significó.
De lo primero: la expropiación petrolera, la organización de masas para darle sustento a su quehacer político, la sustitución de la dirigencia del partido oficial eliminando el individualismo para dar paso a una administración corporativa, la institucionalización de la figura presidencial al disolver el gabinete formado principalmente por callistas, el desafuero de senadores y diputados, el retiro de generales y jefes de zonas militares y finalmente el desterró de Calles; la intensa reforma agraria, el fortalecimiento de los sindicatos, la creación de la dirección de asuntos indígenas y su cercanía con todos los grupos étnicos del país, la incorporación al país de los refugiados españoles expulsados por la guerra civil, incorporación que permitió el nacimiento de un amplio programa educativo con la creación del Colegio de México y el Fondo de Cultura Económica, la creación del Banco Ejidal, la creación del Instituto nacional de Antropología, la nacionalización de los ferrocarril, y una larga lista de realizaciones.
De lo segundo, la creación de la cooperativa del ingenio de Zacatepec y la creación de la escuela rural de Palmira, entre otras que se crearon en distintas partes del país. Ahí en Palmira se redactó el proyecto de expropiación de la industria petrolera. En esa finca de 32 hectáreas vivió el general Cárdenas quien frecuentemente se reunía con amigos y grandes personajes de la política nacional para tomar determinadas decisiones. Por 1943, la finca se dona para la normal de Palmira; una escuela insignia que produjo cientos de brillantes maestras comprometidas con la entidad y el país y que afortunadamente todavía existe hoy como secundaria técnica. Apenas hace un par de días la Fundación del Instituto Palmira que preside la entusiasta maestra Rosa Elena Hernández Meraza conmemoró los 50 años luctuosos del General Lázaro Cárdenas
Mi tío, José G Parres Guerrero, gobernador de Morelos, primo hermano de mi abuelo Othón Straffon Guerrero, fue secretario de Agricultura durante la administración del general Cárdenas a quien tuve la oportunidad de tratar cuando formaba parte del Movimiento de Liberación Nacional que él presidía. Hoy que se cumplen 50 años de su fallecimiento lo recordamos como un mexicano de excepción que marcó una época de la historia mexicana del siglo XX.