Por Minerva Delgado
Imposible cerrar la semana sin referirme a la presentación del “nuevo” partido político denominado Morelos Progresa, que tiene como cuadros distinguidos nada menos que a los ex diputados que hasta agosto de 2018 pertenecían al PRD: José Manuel Tablas Pimentel, Silvia Irra Marín, Edwin Brito, Carlos Alaniz, Anacleto Pedraza Flores, Enrique Laffitte Bretón y Julio Espín Naverrete.
Sí, son los mismos con excepción de Navarrete y Laffitte, que llegaron a la curul por otras siglas partidistas pero en el camino se convencieron de sumarse al PRD, el partido de quien en ese momento era el gobernador: Graco Ramírez y sí, también son los mismos que hicieron campaña con Rodrigo Gayosso, a quien el entonces mandatario estaba convencido que podía dejar como su “heredero” en el gobierno de Morelos.
Pues bien, el martes pasado ese grupo de ex diputados confirmó lo que supimos cuando en la elección de 2018 sufrieron un revés: que ansían regresar al poder y justo por eso, decidieron empujar la creación de su propio partido al que decidieron nombrar Morelos Progresa.
Es así que enfundados en su nueva piel se presentaron ante los medios de comunicación, negaron que Graco Ramírez o Rodrigo Gayosso estén atrás de ellos, y después, el presidente del nuevo partido con registro local, José Manuel Tablas habló durante un buen rato sobre los temas que le “preocupan” a Morelos Progresa, y por los cuales habrá de “luchar” a partir de ahora.
Pero lo que a nosotros los morelenses nos debía preocupar, es “el borrón y cuenta nueva” que pretende este grupo de legisladores locales, después de su desaseada participación en la LIII legislatura a partir de la asignación de jubilaciones doradas. ¿Les suena el tema?.
Refrescaré la memoria. Siendo diputado local, José Manuel Tablas Pimentel utilizó el cargo para favorecer a su esposa con una jubilación que sustentó en un cuestionado expediente laboral, en el que se puede leer por ejemplo, que el último cargo de la esposa de Tablas fue como asesora en el Congreso local, sí, en el mismo tiempo que su esposo era diputado.
De igual manera, parece que la señora Silvia Irra Marín le apuesta a que olvidemos que también favoreció con jubilaciones a cuanto familiar pudo, y hasta las instrucciones que giraba para pedir qué decretos llevaban prioridad para que se publicaran en el Periódico Oficial Tierra y Libertad. Por si no lo recuerda, en breve compartiré en mi cuenta de twitter esos mensajes que salieron del teléfono celular de la ahora ex legisladora.
Las jubilaciones doradas, representan en Morelos el exceso del ejercicio del poder a cargo de una legislatura que olvidó por completo aquella máxima de servir a la sociedad, para servirse de manera descarada y cínica.
Está claro que este grupo de ex legisladores le debe aún muchas explicaciones a la sociedad morelense, aunque también hay que decirlo, no fueron los únicos implicados en la «Estafa de las Jubilaciones Doradas», hay más nombres y cómplices.
Dejaré aquí un dato más. En el mes de agosto de 2018, el último mes del ejercicio constitucional de la LIII legislatura, se publicaron 421 decretos jubilatorios en el Periódico Oficial “Tierra y Libertad” (los conté). Estoy convencida que muchos de esos decretos pertenecen a empleados que sí pueden acreditar hasta 30 años de trabajo en administración pública. Pero en ese larguísimo listado, también están los nombres de los familiares y amigos de este grupo de ex legisladores que hoy buscan regresar al poder.
A veces el cinismo es tanto, que los dueños de Morelos Progresa no tuvieron empacho en que al lado de ellos posara para las cámaras también como cuadro distinguido de ese partido, Francisco Velázquez Adán, ex director del IDEFOMM y quien con apenas cinco años de antigüedad en la administración pública, es uno más de los tantos favorecidos con una jubilación dorada, por cierto, Velázquez Adán es un colaborar muy cercano a uno de los ex legisladores que pertenecen ahora a MorelosDes-Progresa, es el mismo que de plano prefirió no presentarse en la conferencia de prensa del pasado día martes.
Nos leemos pronto.
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