VISIÓN DE MUJERES
Por Berenice Cano y Velia Duarte
En los dos años que llevamos de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador se ha desatado una violencia increíble, causando destrozos en la Ciudad de México, las causantes de ello, son un grupo de mujeres que se dicen feministas. Pero la violencia no se resuelve con más violencia y menos atentando contra edificios históricos y monumentos que son propiedad de la nación. Entendemos que marchen y protesten, pero no como desquiciadas con martillos en mano, cohetones y sin argumentos válidos ni coherentes.
Solo la educación desde los hogares y las escuelas terminaran con esa loca carrera de feminicidios. Las mujeres se deben educar para que no permitan abusos de sus parejas sentimentales o cualquier otro hombre; y que detecten a tiempo el peligro que corren cuando permiten el más leve insulto o maltrato.
Feministas siempre han existido, como Rosa Luxemburgo que fue asesinada por sus mismos compañeros de partido en Alemania a principios de 1900; o aquellas mujeres de New York que, por luchar por mejores salarios y jornadas de trabajo de ocho horas, fueron encerradas y quemadas vivas en el edificio donde laboraban, muriendo 129 de ellas. Pero su sacrificio no fue en vano. No hay que olvidar a Simone de Beauvoir, escritora y de las más destacadas feministas del siglo pasado que luchó por la igualdad de las mujeres en todos los aspectos, cultural, laboral, y sexual.
Otra feminista mexicana muy importante, fue Elvia Carrillo Puerto, que luchó junto a otras mujeres por el derecho al voto. También está Marta Lamas que de forma incansable logró que en la Ciudad de México se aprobara el derecho al aborto y hubiera igualdad de las mujeres. Y gracias a féminas como ella, desde hace trece años en esa ciudad, el aborto es legal.
Y no se puede dejar de mencionar a Rosario Ibarra de Piedra, una mujer admirable que, con mucha tenacidad, luchó por muchos años para saber el paradero de su hijo Jesús Piedra Ibarra, que muy joven fue secuestrado por el gobierno en turno de aquella época.
Formó el grupo ¡Eureka! que aglutino a todas las madres que perdieron a sus hijos a manos de los policías de los gobiernos de aquel entonces, hicieron plantones, marchas y lucharon por su aparición; muchos de ellos fueron encontrados en prisiones, otros no volvieron, dejando un dolor y una tristeza en los corazones de todas esas mujeres.
Pero ninguna de todas estas feministas, rompieron un vidrio, ni destrozaron, ni mucho menos pintarrajearon edificios históricos o monumentos; ni atacaron a transeúntes, ni salieron con los senos al aire o encapuchadas. Todas ellas lucharon dando la cara, llenas de esperanza de que un mundo mejor, les esperaba.