Por: Berenice Cano y Velia Duarte
Muchos se sienten sorprendidos por el triunfo de Morena en el Estado de México, ya que por muchos años fue el bastión del PRI con aquel grupo llamado Atlacomulco. Ese Estado tiene muchos contrastes sociales; por un lado, tienen residencias a todo lujo muchos políticos y algunos comunicadores, pero también viven muchos trabajadores y gente de escasos recursos y una buena parte de la población son indígenas que han sido marginados y olvidados por muchos años. Mas bien sorprende que todavía se encuentren ciudadanos que voten por esos partidos de la coalición, sobre todo por el PRI que gobernó por tantísimos años, en donde se cometieron crímenes , desapariciones forzadas y cualquier manifestación obrera y estudiantil eran reprimidas. No hay que olvidar que este pasado 10 de junio se cumplieron 52 años de la terrible represión que sufrieron estudiantes de diferentes centros de educación, que se reunieron para manifestarse pacíficamente y donde murieron muchos jóvenes masacrados por la policía y grupos paramilitares; dejando a madres y familias con un profundo dolor y rabia.
Ahora los dirigentes de esa coalición de partidos (PRI, PAN, PRD) se sienten anonadados por esos resultados negativos hacia ellos; pero no se dan cuenta que el PRD ya es un partido cadáver y los otros dos ya deben cambiar sus dirigencias, ya que las actuales están muy lejos de los ciudadanos y sus hechos y declaraciones no los ayudan en nada.
Estamos en un momento en que la sociedad está tomando conciencia de la importancia de su voto, que no se puede vender por que ha sido parte del atraso y de la pobreza de nuestro país. México ya no quiere vivir bajo la bota de nadie; así que por más que reciba dinero del extranjero ese señor X, al pueblo ya no lo detiene nadie, ya se dio cuenta que el poder y el destino de nuestro país está en sus manos, unidos todos con un mismo fin. Un México libre, soberano, sin miseria, sin corrupción, sin falsos lideres y una buena educación para todos.