Por Miguel Ángel Alarcón Urbán 

 

Un pasaje en la vida del primer Charro de Yautepec y filántropo el Doctor Víctor Manuel Guerrero Cañas.

Recordando al General Eufemio Zapata Salazar hermano del General Emiliano Zapata Salazar.

El Doctor Víctor Manuel Guerrero Cañas que sirvió al Zapatismo, recordaba al General Eufemio Zapata de la siguiente manera:
Eufemio era el terror de los paisanos, pero con especialidad de los borrachitos, pues se la había metido en la cabeza reformar a los sureños, quitándoles la afición por la “caña”.
Apenas se sabía que Eufemio se acercaba a Yautepec y todas las cantinas cerraban sus puertas. Infeliz del borracho a quien hallaba en la calle, porque con una vara de membrillo lo azotaba hasta que creía haberle bajado los humos del alcohol.
Esa costumbre suya fue la causa de su muerte. Cuando se convenció que en Yautepec no hallaría borrachos, se puso a perseguir a los de Cuautla. Cierto día halló a un anciano dentro de una cantina y sin consideración a sus canas, se puso a flagelarlo con su inseparable vara de membrillo.

-¿No le da vergüenza, a su edad, seguir bebiendo hasta caerse?
¡Eso le quitará el vicio!
Y mientras le soltaba frases por este estilo, lo estuvo golpeando en forma tan bárbara, que el ancianito cayó privado del sentido.

El hijo de aquel anciano a quien conocían por el Loco Sidronio, al saber lo ocurrido, fue a buscar a Eufemio y sin darle tiempo a defenderse, le disparo la carabina, dejándolo moribundo. Después, a cabeza de silla, lo arrastró hasta el “Guatecal”, abandonándolo sobre un hormiguero.
-Aquí aprenderás a respetar las canas de los viejos –dicen que exclamó y carcoleando su caballo se alejó del lugar.
Ustedes no saben lo que son esas hormigas. Sus picaduras son dolorosísimas, ¡hay que imaginar cómo debieron ser los últimos momentos del caudillo!.

Fuente: El amor a la tierra, Emiliano Zapata de Enrique Krauze.

Por Génesis

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