EL ORGULLO DE MORELOS

Por Chema Gálvez 

La Sra. Karla es dueña de una tienda de pollos rostizados, y si, así es el negocio se llama “KARLA”, la verdad son mis preferidos, además incluye en la orden una bolsita con papas cambray cocidas ahí mismo junto con el pollo, a mi me consiente, me da el pilón y como si no fuera suficiente me regala salsa de tamarindo para bañar el pollo, ya aparte me da arroz o pasta, lo que yo decida según el antojo. Está en Ahuatepec justo a un lado de la antigua carretera hacia Tepoztlán, para los que no estén familiarizados con Ahuatepec está viniendo de la Paloma de la Paz pasando Ocotepec, eso sí el que tiene paciencia de cruzar Ocotopec puede con todo lo que le mande la vida.

Ahuatepec fue fundada por gente de origen nahuátl, en los años recientes se ha enriquecido la sociedad con la llegada de personas del estado de Guerrero y del estado de México.

Regresando al tema, soy asiduo consumidor de sus pollos, gracias a Dios, sigo sorprendiéndome de las personas, en este caso Karla me contó su historia, en mi casa por cierto,  somos numerosos así que completar mi pedido le lleva tiempo, Karla llegó a tener tres rosticerías desgraciadamente con la pandemia cerró definitivamente dos, dejó abierta la primera que abrió, tiene dos hijos, “la parejita”, obvio no le pregunté si así lo había soñado de joven, pero  estoy seguro que si se lo hubiera preguntado, gustosa me lo hubiera contestado acompañado de una sonrisa. Ronda los sesenta y pocos años, se ve sin temor a equivocarme que sus encantos la hicieron ser el azote del pueblo, sus dos hijos son doctores, el hombre es el mayor, por cierto, ya está recibido, la mujer está cursando la especialidad, a veces la veo en el negocio… espero no practique cirugías en ellos… amable como su mamá e igual de platicadora. Lo que me sorprende de Karla es que a pesar de que pareciera que todo le ha ido mal en estos dos años planea abrir otra rosticería más cerca del centro de Cuernavaca. Para ella nada es tragedia, solo es experiencia y pareciera que ante la adversidad se crece, ella y su familia poseen una buena porción de tierra, lamentablemente en su calle en la que habita con toda su familia no han tenido opción y decidieron cerrar el paso de la misma por la delincuencia de la que han sido víctimas pero ni eso la amilana, al contrario, junta gente para exigir mediante oficios, seguridad, bacheo, regularidad en el abasto de agua, alumbrado y como dice, ¿pus que no?

No sé cuanto venda, pero actúa como si fuera la señora Bachoco cómo no aplaudirle, exaltar el trabajo y el esfuerzo de Karla y saber que como ella en Morelos estamos llenos de estos ejemplos… AHORA SI NOS VAMOS A COMER UN POLLITO.

 

El autor del Artículo de Opinión es Conferencista y Consultor. 

Por Génesis

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