Los préstamos “gota a gota”, los pobres y las autoridades omisas
Por Tenebrio
Morelos. En lo que va del año, en el sur de Morelos, he conocido a varias víctimas de los “prestamistas colombianos”.
En todos los casos, los afectados por esta modalidad llamada “préstamos “gota a gota”, se vieron en la necesidad de pedir préstamos que, dados los altísimos intereses, no pudieron pagar, o los deudores tuvieron huir a otras entidades o vender bienes que eran el patrimonio para un retiro, para poder pagar y evitar las amenazas de muerte por parte de los acreedores.
Quienes tienen que huir dejan propiedades, familia, amigos; pierden todo y muy difícilmente regresan.
No hay denuncias por falta de confianza en la autoridad y porque a veces se desconoce que estas prácticas son delictivas, están tipificadas como delitos y merecen una sanción.
En todos los casos estas historias de terror comenzaron con una emergencia que ninguna institución bancaria pudo satisfacer; luego del préstamo, sin ningún documento, solo por medio de la “palabra”, sin aval, pero con un interés alto, llegó el cálculo de una cantidad que debía pagarse diariamente sin que en ningún caso se permitiera abonar al capital para liquidar la deuda. Los intereses iban en aumento hasta que llegaban retrasos y era imposible pagar todos los días los intereses, mucho menos abonar a la suerte principal.
Las amenazas de agresión física comenzaron desde los primeros retrasos en el cumplimiento del pago de intereses diarios, hasta las amenazas de muerte cuando había negativa de liquidar intereses y deudas o el deudor se escondía.
Uno era el que contactaba, otro el que hacía el trato, otro el que entregaba el dinero, otro el que cobraba los intereses, otro el que amenazaba y otros lo que iban a cobrar armados. Otros los ajustadores de cuentas:
“Muchos pagan con su vida los puros intereses, no les ajusta ni así para pagar la suerte principal porque los prestamistas van también contra su familia. Los deudores son gente pobre y es fácil para la autoridad decir que pertenecían al crimen organizado o que fue un ajuste de cuentas. En muchos casos las autoridades reciben algo a cambio o son protegidas por la propia organización delincuencial”, relató una víctima.
Cuando ya es imposible para la víctimas pagar los intereses y tienen que “esconderse”.
En un caso muy reciente, una mujer desde su muro de Facebook ofrece recompensa por quien proporcione información sobre un supuesto deudor del que exhibe nombre y apellidos y fotografías obtenidas del perfil de la víctima:
“Amigos, familia y gente de Facebook me urge localizar a esta persona (nombre de la víctima) ya que debe fuerte cantidad de dinero y ah estado estafando gente se aprovecha de la amistad que uno leva con el para lograr su cometido se ofrece $1000 a quien me de su paradero que sea verdadero mándame inbox, espero y con esto des la cara, ya que te busqué para arreglar las cosas pero solo te escondes!”
De acuerdo con Carlos Vega, en su reportaje publicado en Milenio, “lo interesante de este modo de extorsión, porque al final es una extorsión porque es imposible de pagar, es que el capital con el que ellos hacen los préstamos, pues es producto de actividad ilícita, llámese robo a cuentahabiente, robo a casa-habitación o narcomenudeo, que es una forma en la que ellos se capitalizan día a día“. Los grupos dedicados a esta modalidad de préstamos tienen una estructura definida; algunos de sus integrantes se encargan de otorgar el dinero y otros de cobrar los intereses día a día, y si el comerciante no tiene la capacidad económica para pagar, son amenazados, golpeados o intimidados con armas de fuego.
En la Ciudad de México ya tomaron cartas en el asunto y ha habido varias detenciones por cobro de intereses y por amenazas.
Es delito cobrar intereses no regulados, o intereses sobre intereses; nadie pude ser privado de su libertad por deudas de carácter civil, un particular comete un delito si ofrece recompensas por alguien; solo la autoridad pude recurrir a ello en determinados casos.
Donde haya pobreza, donde haya descuido, donde a las autoridades no les importa sino enriquecerse, donde se pacta para que ni a ellos ni a su gente los toquen, allí proliferan estas actividades.
En varios municipios del sur de Morelos los alcaldes han sido omisos frente a esta problemática que continúa creciendo, sobre todo en áreas de mayor actividad comercial y donde hay comerciantes en pequeño que no pueden acceder a un préstamo regulado.
A los representantes populares solo les gusta que hablen bien de ellos, aparecen muy sonriente en eventos sociales, en las inauguración de obras de relumbrón o entregando apoyos; no se consigna que el dinero se obtuvo de impuestos o de apoyos estatales o federales, que también es dinero del pueblo; es costumbre que se tenga que escribir que fulano de tal inauguró, entregó, dio, etcétera, posicionado su imagen y su nombre como si de su bolsa hubieran salido los recursos: quieren reelegirse, o ser diputados o senadores o gobernadores. Afuera de la cabecera municipal, las colonias y barrios pobre se pudren, los servicios públicos son basura, las vialidades son un desorden.
Ay de aquel o de aquella que se atreva a acusarlos o a señalarlos, la jauría de bots y/o paleros que administración tras administración se venden al mejor postor inmediatamente ataca.
Cuando la autoridad falla, el pueblo no soporta más y se hace justicia por su propia mano. En Tetela del Volcán, el martes 31 de julio de 2018, los pobladores asesinaron a Alonso Lozano Rivas, de 33 años de edad, originario de Medellín, Colombia. La población lo acusó de pertenecer a una banda de prestamistas y extorsionadores colombianos.