Por Chema Gálvez
Cuando uno crece se aprenden muchas cosas, aprendemos a sociabilizar, empezamos a descubrir muchas de nuestras habilidades, se adquieren experiencias y sobretodo empezamos a formar grupos con los mismos intereses, conforme pasa el tiempo, los grupos se van modificando. Todos sin excepción van formando personajes, el peleonero, el bufón de la clase, el burro, el matadito, el galán, el chaparro, etc., en fin, cuantos personajes en un salón de clase y como si fuera una carrera, nunca termina solo se van adecuando los personajes de acuerdo al escenario del momento.
Me dicen por ahí que se avecina la irrupción de un grupo con “intenciones”, actores de primera línea, el tiempo pone un nuevo telón, con asientos nuevos, relucientes luces y escenografía esperando la actuación de esta nueva compañía, como si fuera de teatro, que, dicho sea de paso, ojalá en la vida cultural de Morelos salieran más grupos teatrales, experimentales que lleguen a las comunidades más abandonadas y necesitadas, pero eso es otro tema.
El grupo al que me refiero y del que se está escuchando está conformado por personajes conocidos de todos los sectores, con un rol específico, pero con el mismo objetivo, salvar Morelos y me preguntarán, ¿salvar de que? Es morboso referirnos al gobierno actual de Morelos, por eso queda mejor de “ya sabes quién”.
Lo interesante es que si realmente se llega a conformar son los morelenses inconformes que quieren cambiar su posición de observadores a la acción, habrá que ver que postura adoptan, la de la denuncia, la rendición de cuentas, de franca oposición o un dispensario propositivo. Algo muy importante que no se ha aprendido y se ha olvidado es que Morelos necesita unión, es realmente el reto o se empeñarán en seguir la tradición de la disputa y la hipocresía ¿saldrá el ADN revolucionario? Se han quejado de que alguien llegó de afuera sin el más mínimo interés de hacer, mejorar y secuestró al estado, bueno desgraciada y lastimosamente, los morelenses lo han permitido al no poder conciliar intereses genuinos para poder gobernar y poner de una vez por todas al estado en donde se merece.
Más de dieciocho partidos en las pasadas elecciones es realmente un mal chiste, pareciera un acto del teatro del absurdo.
Tener un partido, obtener el registro es un gran negocio, que gran negocio será qué a ninguno de sus candidatos apoyaron, todo a la bolsa, ¿a alguien le suena?
Veremos pues que pasa, yo mientras, como en el teatro, con mi refresco y mis palomitas, esperando la tercera llamada, que empiece la función y ver realmente si…LO QUE HACE LA MANO HACE EL DE ATRÁS.
- El autor del Artículo de Opinión es actualmente Consultor y Conferencista. Fundador de GRC Consultores.