Birán
Por Manuel Martínez Garrigós
En los distintos espacios de participación editorial del que esto escribe he insistido de manera puntual sobre la importancia de que, en los Estados, democráticos, sociales y de Derecho contemporáneos prevalezca la división y autonomía de los poderes, aquella que nació con los filósofos y científicos de la política del llamado “contractualismo” que tanto ponderó en su “Teoría de la Justicia” el pensador norteamericano John Bordley Rawls.
También he hecho un énfasis especial en la importancia que le ha dado el señor presidente Andrés Manuel López Obrador a los actos de corrupción, impunidad, tráfico de influencias, conflicto de intereses y desvíos de poder en el Poder Judicial de la Federación. Por cierto, hago un reconocimiento amplio desde este modesto espacio al señor ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar, por declinar la invitación mediante decreto para extender su mandato por dos años más, algo que en circunstancia similar jamás haría el corrupto e impune presidente del Tribunal Superior de Justicia, en Morelos, el magistrado Rubén Jasso Díaz.
Pero la aclaración va en el sentido de la columna editorial que se publicó en el prestigiado diario de circulación nacional, El Universal, que se intitula “Kiosko” y que cito de manera textual en esta entrega al tenor de lo siguiente: “Denuncian presunta red familiar en Poder Judicial estatal. Como andan de moda las polémicas judiciales, nos cuentan que en Morelos, el exalcalde de Cuernavaca Manuel Martínez Garrigós (independiente) acusó una presunta red familiar en el Tribunal Superior de Justicia del Estado. Nos detallan que señaló al presidente magistrado, Rubén Jasso Díaz, de ayudar a su hijo (abogado) “en algunos asuntos de ese poder”, pero también don Rubén le da “una ayudadita” a su padre Felipe Jasso Escobar…”
Lo que puntualizo es que no existe tal hijo o nieto de los Jasso, ya nada más eso falta o cuando menos no litigando en estos momentos, la confusión se derivó de un sarcasmo entre el litigante José Martínez Garrigós y un servidor en el sentido de ironizar sobre quien es realmente el presidente del Tribunal Superior de Justicia, no el de “iure” sino el de “facto”, ósea en pocas palabras el que manda es el padre de nombre Jasso Escobar Felipe.
Pero bueno dicen los que saben que un pensador aseveró algo más o menos así: “la mejor forma de decir es hacer”, por lo pronto la próxima semana volveré a ejercer mis derechos humanos de información y petición, aunado a que ya está prácticamente terminada la denuncia de lavado de dinero que presentaré ante la autoridad competente de carácter hacendario. También le haré llegar dos libros de “lectura obligada” al presidente de facto “El Juez, de Rudolf Stammler” y “Cómo deciden los jueces, de Richard A. Posner”, a ver si con los textos afloran los principios, ética y moral con la que se debe de conducir un administrador de justicia.
- El autor del Artículo de Opinión es actualmente abogado litigante y catedrático de la UNAM.