Birán

Por Manuel Martínez Garrigós 

Dicen los que saben de economía que los teóricos que se inscriben en el “Keinesianismo” ven como un motor de desarrollo esencial a la obra pública lo mismo en el orden de gobierno federal, estatal y municipal. Obras emblemáticas pueden quedar en la historia para bien o para mal; de los últimos presidentes de México, quedaron en la triste memoria de la gente “el paso exprés”, en Cuernavaca, Morelos, de Enrique Peña Nieto y “la estela de la corrupción” del nefasto Felipe Calderón Hinojosa, en el antes D.F., hoy CDMX. A Claudia Sheinbaum Pardo, Marcelo Ebrard Casaubón y Miguel Ángel Mancera Espinosa ya los marcó “la línea 12 del metro” y Andrés Manuel López Obrador lo marcará para bien el aeropuerto “Felipe Ángeles” y el magnánimo y estratégico: “Tren Maya”.

Pero hace unos días revisé un vídeo del Maestro César Augusto Santiago Ramírez que denunció dos obras públicas que sin lugar a dudas llaman la atención de “propios y extraños” en todo México y que se encuentran en el Estado de Morelos, en su capital, Cuernavaca, una es la ya citada “el paso exprés” que todavía no han terminado del todo y ya cobró muchísimas vidas producto de su nefasta planeación y peor ejecución y la otra es el puente del “polvorin” que no sé porque se conoce como “Puente Apatlaco” el que a decir del ilustre amigo que tiene toda la razón no conduce a ningún lado; yo agregaría una más el tramo que se denominó como: “La Pera-Cuautla” y su complejo paso por el emblemático y místico Tepoztlán, Morelos.

Las tres obras públicas de infraestructura se empezaron a planear y dos de ellas a ejecutar cuando el que esto escribe fue Presidente Municipal, de Cuernavaca, Morelos, es decir, en el 2009, es increíble, inadmisible e inaceptable que hayan transcurrido doce largos años y la Federación se siga burlando de los que vivimos en la tierra de Emiliano Zapata Salazar, con razón al gran “Caudillo del Sur” nunca le simpatizó la gente del centro y rechazó sentarse en la poderosa silla del águila, pero como nos van a respetar si el Gobernador constitucional del Estado de Morelos, Cuauhtémoc Blanco Bravo no nació aquí y de la “cosa pública” poco o nada sabe, pobre Estado “tan cerca de la capital y tan lejos de Dios” ¿será?

 

  • El Autor del Artículo de Opinión es abogado litigante y catedrático de la UNAM.

 

 

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