Por Miguel Ángel Alarcón Urban

Terminaron las campañas políticas y obviamente contaremos en septiembre próximo con nuevos diputados. Hay que analizar a fondo aquella memorable fecha del 4 de Mayo de 1930, cuando se dió por terminado el golpe de estado dado por el General Juvencio Robles en 1913, entre la Legislatura XXIII y la XXIV, periodo en donde transcurrieron 18 años entre una y otra.

El restablecimiento del Orden Constitucional permitió que llegara el primer gobernador constitucional Vicente Estrada Cajigal y los primero siete diputados locales del Congreso de Morelos; Agapito M. Albarrán, el inolvidable profesor, José Urbán Aguirre, Timoteo Montes de Oca, Jacinto Leyva, Juan Salazar Pérez nuestro diputado por Yautepec, Refugio Bustamante y Jesús Gutiérrez.

Esta primera Legislatura habría de dar dos gobernadores en la nueva República y el joven de Morelos; esto, al concluir los abusos del presidente Victoriano Huerta y el General Juvencio Robles.

Vicente Estrada Cajigal se iría al gobierno del Distrito Federal y en su lugar entraría el profesor de carrera José Urbán Aguirre desempeñando una gestión corta pero muy fructífera en beneficios sociales.

Estrada Cajigal tuvo el valor de encabezar un gobierno que enfrentó con valentía los pavoroso problemas que había en el estado de Morelos como la miseria, una moral muy caída, una educación muy deprimente y algo inusual, la falta de hombres. La migración en medio de la revolución y el despoblamiento del estado es un tema de análisis para historiadores.

El primer gobernador, trabajaba mucho, incluso su figura se veía cruzar a altas horas de la noche por los ventanales del viejo Palacio de Cortés. Su espíritu de trabajo contagió a sus gobernados y así, Cuernavaca y Morelos superó en tan solo cuatro años esos viejos problemas de educación deficiente, donde los maestros vivían en el sacrificio de sus apostolados, se limpiaba la ciudad y se aprovechaban las caídas de agua para regar calles y jardines.

La honestidad del gobierno era real y de palabra, porque tal vez porque nadie pensaba en rescatar a su estado.
Hoy para algunos candidatos su lema de campaña es precisamente, rescatar la Capital del Estado y sus diferentes municipios; ojala y lo logren, porque a diferencia de aquel restablecimiento del Orden Constitucional, son pocos lo que realmente quiere hacer algo por su estado .

El trabajo comunitario y conjunto se ha perdido, por lo cual ahora el rescate es casi casi una hazaña digan de atestiguar.
No olvidemos que las ciudades se transforman con 3 elementos, el liderazgo de sus gobernantes, la colaboración ciudadanía y gobierno, así como un proyecto que sirva de mediación entre los gobernados y quien detenta el poder. Eso es gobernanza.

• El autor del Artículo de Opinión es actualmente Coordinar de Memoria Histórica del municipio de Yautepec.

Por Génesis

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