CONTAMINACIÓN ATMOSFÉRICA; CULPABLE

Por Luis Jorge Gamboa Olea

Un tribunal de Reino Unido ha dictaminado la primera muerte por contaminación del aire en el mundo a una niña de nueve años que vivía a 25 metros de una carretera con altos niveles de polución. Después de tres años de sufrir convulsiones y tras 27 visitas al hospital por problemas respiratorios, Ella Kissi-Debrah, de tan solo nueve años de edad, falleció en 2013 por una supuesta «insuficiencia respiratoria aguda y asma grave». Su madre, Rosamund Addo-Kissi-Debrah, y la pequeña vivían en Lewisham, un municipio al sureste de Londres, a tan solo 25 metros de una carretera muy concurrida. Este miércoles, la justicia británica ha reconocido que los altos niveles de contaminación de la zona son la causa de su fallecimiento, convirtiendo el caso en el primero en el mundo que señala la contaminación atmosférica como la causa de una muerte humana.

«Este veredicto es para ella y para otros niños que podrían sufrir ataques severos de asma. Creo que su legado podría ser traer una nueva Ley de Aire Limpio y no solo estoy hablando solo del Gobierno británico sino de los gobiernos de todo el mundo, para que se tomen este asunto en serio», declaró Adoo-Kissi-Debrah a los medios tras la sentencia del tribunal. El juez de instrucción, Philip Barlow, comprobó que los niveles de contaminación del aire de la vivienda de la niña superaban los límites legales establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Tras la muerte de su hija, Rosamund Addo-Kissi-Debrah cofundó la fundación Ella Roberta Family, que lleva a cabo varias campañas para conseguir un mejor tratamiento del asma y en defensa del aire limpio, y considera este veredicto como un hecho «histórico«. Finalmente, «después de siete años de lucha, la contaminación del aire ha sido reconocida en el certificado de defunción de Ella«, aplaude, a su pesar, Adoo-Kissi-Debrah. Se produjo un fallo reconocido a la hora de reducir los niveles de dióxido de nitrógeno, lo cual posiblemente contribuyó a su muerte. También hubo una falta de información para la madre de Ella, sostuvo el juez.

Durante el proceso judicial, relató que en 2010 llevó por primera vez a la niña al hospital tras sufrir un episodio de tos y que los médicos se vieron obligados a inducirle un estado de coma para estabilizarla. En 2012, el sistema de salud clasificó a la menor como una persona con discapacidad, antes de que en la madrugada del 15 de febrero de 2013 muriera tras un ataque severo de asma. Un informe elaborado hace dos años por el investigador médico Stephen Holgate concluyó que la vida de la niña había estado en el filo de la navaja durante meses y que los niveles de polución detectados en un medidor cercano a su hogar contribuyeron a provocarle el fatal ataque de asma.

Un informe del Royal College of Physicians confirma el impacto que está generando la contaminación en la salud de las personas. Se estima que solo en el Reino Unido se producen cada año 40.000 muertes prematuras por la contaminación del aire. La madre de Ella no fue informada de los riesgos para la salud que suponía la contaminación. Si lo hubiera sabido, habría tomado medidas que podrían haber evitado su muerte, se dijo en la sentencia. Un  informe de la OMS de 2018 sobre la contaminación del aire y la salud infantil denunciaba que cerca del 93% de los menores de 15 años en todo el mundo respiran diariamente altos niveles de contaminación.

Según las estimaciones, al menos «600.000 niños murieron en 2016 a causa de infecciones respiratorias agudas» y los investigadores también descubrieron que los contaminantes del aire «pueden atravesar la placenta de la madre y afectar a los fetos».

Ella ha sido la primera persona en el mundo en el que la contaminación ha sido reconocida como causa de su muerte… Los líderes políticos deben sentarse y tomar nota de esta crucial investigación. Para prevenir más tragedias, necesitamos leyes fuertes que pongan la salud de la gente en primer lugar.

 

  • El autor del Artículo de Opinión es actualmente magistrado del Tribunal Superior de Justicia (TSJ).

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