¿Dónde estás Cuernavaca?

Por Dulce María Velázquez Miranda

De acuerdo con Soledad García y Steven Lukes, en su obra “Ciudadanía, Justicia Social, Identidad y Participación”, ser ciudadano consiste en: contar con derechos, cumplir con determinadas obligaciones, pertenecer a una comunidad determinada y contribuir a la vida pública en esa comunidad mediante la participación. De ese modo, alcanzar la ciudadanía resulta aparentemente sencillo de entender y asumir, porque no se piensa en la gran complejidad que implica el término “ciudadanía”; pero si se relaciona con la integración o pertenencia a una comunidad que ineludiblemente es política, la cosa cambia.

Entonces la ciudadanía, ya no se circunscribe a un estatus legal; cuando se considera al ciudadano un individuo con identidad política y se reconoce su pertenencia a determinado grupo o comunidad, resulta inexorable hablar de ciudadanías diferenciadas para admitir la representación de grupos minoritarios como son los grupos étnicos, las mujeres, personas con discapacidad, miembros de la diversidad sexual etcétera y poner fin a un concepto general que invisibiliza y silencia a los demás grupos. El proceso electoral que concluye en escasos quince días, abrió a la participación de una ciudadanía diferenciada.

Lamentablemente la ciudadanía en los individuos, se ha reducido a un simple consumidor de marcas, a través de partidos políticos con “liderazgos” de grotesca mediocridad, que pretenden pensar y decidir lo que nos conviene; son corporativos alejados de los asuntos públicos que interesan a los sectores sociales, su interés radica en el registro de miembros con capital social, padrones, listas de militantes solo para legitimarse y vender la idea de que “representan” a alguien. Así los ciudadanos nos hemos convertido en objetos de disputa en el territorio electoral, con la agravante de que esos corporativos políticos, pervirtieron la ciudadanía diferenciada al registrar a candidatos como miembros de grupos indígenas, de la diversidad sexual, discapacitados o migrantes, sin acreditarlo. Un acto despreciable que exige una corrección política y la desaprobación ciudadana.

Nos llaman a votar con el argumento de que es un acto democrático y ¿Dónde queda la calidad de la democracia? Con candidatos que nos mienten sobre su adscripción, la falta de credibilidad en los partidos políticos, apuesta a la poca participación electoral y ahora con el exagerado número partidos y candidatos, la desconfianza y desinterés se acentúan. El sentido de pertenencia a una comunidad se refleja en los valores de identidad, las historias y vivencias compartidas en la comunidad asentada en determinado territorio, tenemos un candidato que adolece de estos elementos y nos miente sobre su pertenencia al municipio, no tiene nada que compartir, no tiene referentes, no es la primera vez que esto ocurre y la amarga experiencia, por los resultados nada favorables para la ciudad y su población puede repetirse

Ese candidato, igual que los otros que mintieron sobre su adscripción, no solo nos miente con descaro, sino que despliega un derroche de recursos para posicionarse en el imaginario colectivo al costo que sea, lo cual resulta ofensivo ante una economía local lastimada por la pandemia. La mayoría de quienes participan para ser electos en este proceso electoral nos han mostrado no tener escrúpulos para lograr su objetivo, incluso pretendiendo pasar por encima de la legalidad.

¿Dónde Estás Cuernavaca con tu sociedad civil fuerte, informada y demandante de tus derechos fundamentales? La construcción de ciudadanía es una responsabilidad pública que nos compete como sociedad, no le dejemos esa importante tarea ni al Estado ni a los partidos políticos. Demostremos nuestra civilidad ciudadana por el bien común.

  • La autora del Artículo de Opinión es Lic. en Comunicación y Gestión Intercultural por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos.
    Originaria de Cuernavaca, conductora de radio y televisión, ha colaborado en diversos medios de comunicación locales y también ha trabajado en diferentes áreas de la administración pública municipal y estatal.

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