Por Dulce María Velázquez Miranda

Cuernavaca es el referente de origen común para quienes nacimos en éste municipio y ello establece un nivel de identidad entre los viejos, los jóvenes, “los de aquí  y los fuereños”. De acuerdo con Néstor García Canclini, la identidad se “define y redefine” según la afluencia  intercultural que confluye en determinado espacio y tiempo, lo cual consecuentemente reconvierte la construcción  identitaria y genera “nuevas condiciones”.

Esas nuevas condiciones para el municipio de Cuernavaca y sus habitantes, por lo menos en los últimos años no han sido favorables; la manera en cómo hoy se relata la ciudad, es deplorable por la degradación social, económica y política que prevalece, con actores políticos y sociales que inescrupulosamente han transformado la imagen del municipio en un espectáculo deprimente, deplorable, decadente.

Quienes han estado al frente de los gobiernos municipales los últimos veinticuatro años  han  menoscabado los referentes naturales e históricos de la ciudad hasta casi extinguirlos, han convertido al municipio en un apetecible espacio de conquista para oportunistas improvisados de la política y particularmente para los no nacidos ni en Cuernavaca ni en Morelos y han visto aquí la posibilidad de incrementar sus fortunas y escalar  en  la estructura de poder con  cada proceso electoral.

El  sentido de pertenencia, que sustentamos con los referentes sociales y del espacio público en torno a nuestra vida, en la ciudad donde nacimos o crecimos, es una rasgo ausente entre quienes últimamente han presidido el Ayuntamiento, un elemento determinante para el desencuentro entre ciudadanos y autoridades que: han mal administrado los recursos del municipio, desatendieron los servicios públicos, soslayaron el mantenimiento de la infraestructura urbana, destruyeron la estructura social con el ambiente de inseguridad que propiciaron y estropearon el  crecimiento económico.

Todo esto que nos ha pasado durante éstos veinticuatro años,  hace imprescindible que si vivimos en Cuernavaca y principalmente, si nacimos aquí, tomemos conciencia de cómo nos ven quienes en este proceso electoral nos lanzan un discurso barato, sin proyecto que sustente su intención de encabezar el gobierno municipal y  preguntarnos ¿Cómo asimilamos nosotros, ese modo mendaz con el que nos hablan y el menosprecio con el que nos miran los candidatos que anhelan la presidencia municipal de Cuernavaca? sobre todo quien no podría ni siquiera mencionar el nombre de dos de sus principales calles.

La identidad también es “actuación y acción” dice García Canclini, por lo que este proceso electoral nos da la oportunidad de convertir nuestro voto en una acción colectiva, para reconstruir  y defender  nuestra identidad como cuernavacenses: nativos y por adopción, que hemos vivido la ciudad con todos sus valores culturales y sociales, que conocemos sus símbolos urbanos y sus significados, sus espacios y su riqueza natural.

Hoy más que nunca, nuestro espacio se vuelve lo más importante. ¿Dónde estás Cuernavaca?  Para ayudar a construir el porvenir, no para legitimar oportunistas.

 

  • La autora del Artículo de Opinión es  Lic. en Comunicación y Gestión Intercultural por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos. Originaria de Cuernavaca, conductora de radio y televisión, ha colaborado en diversos medios de comunicación locales y también ha trabajado en diferentes áreas de la administración pública municipal y estatal.

 

Por Génesis

Un comentario en «¿Dónde estás Cuernavaca?»

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