Por Jessica Ortega
La detención del ex gobernador de Puebla, Mario Marín en Acapulco, Guerrero es sin duda, una lección de que nunca debemos darnos por vencidas. Gracias a la periodista Lydia Cacho por su lucha en contra de los peores cánceres de nuestra sociedad.
No podemos permitir que existan más “machitos” agresores y violentos en la política de nuestro país. Las mujeres debemos vivir libres de violencia, sin miedo ni acosos.
Esperemos que la justicia exista y se aplique con rigor, sin impunidad ni simulación.
Recordemos que desde abril de 2019 se liberó la orden de aprehensión en contra del ex gobernador, así como del empresario Kamel Nacif, por aparentemente, haber torturado a Lydia Cacho en 2005. Y por fin hoy, se hará justicia.
Con todo y todo ¿se siguen preguntando por qué alzamos la voz, por qué exigimos justicia, por qué marchamos? Ya cayó Mario Marín y en gran medida gracias a que Lydia Cacho no quitó el dedo del renglón nunca. Esta victoria es suya, por las incontables víctimas de trata, entre ellas menores de edad.
Con #LaFuerzaDeLasMujeres, con nuestra voz y coraje, haremos que caiga quien tenga que caer.
Las cifras de violencia machista en México son realmente alarmantes. Aunque no lo crean, los números y las estadísticas nos dicen que por lo menos seis de cada 10 mujeres que me están leyendo en este momento han sufrido en algún momento de su vida violencia. Sí, seis de cada 10 mujeres.
Ya basta de violencia contra las mujeres y del sistema machista patriarcal, que sólo crea odio, violencia, desigualdad, discriminación y muerte. Desde Mujeres en Movimiento trabajamos porque queremos ver mujeres libres, fuertes, seguras, sin prejuicios ni miedos de nada ni nadie.
Sigamos alzando la voz hasta que la violencia contra las niñas y las mujeres termine. Y que nos quede claro: NINGUNA MUJER NUNCA MÁS ESTARÁ SOLA.
* La autora del Artículo de Opinión es la Coordinadora Nacional de Mujeres en Movimiento.