Por Berenice Cano y Velia Duarte

Hace años había un slogan que mas o menos decía “un fantasma recorre el mundo, el fantasma del comunismo”.  Un comunismo que nunca existió en la práctica, solo en los estudios filosóficos de Karl Marx y Federico Engels.

Lenin uno de los líderes rusos que fue un precursor de la revolución rusa; fue estudioso de esa filosofía, pero murió al principio del triunfo de esa gesta revolucionaria. La entonces URSS no llegó ni siquiera al socialismo, pues la invasión de Hitler, las amenazas, los bloqueos y la intervención de los países occidentales, hizo que se dedicaran más a la defensa y fabricación de armas. Y aquellos sueños de los primeros líderes nunca se hicieron realidad. Sin embargo, a pesar de todo, en pocos años la URSS se convirtió en un país poderoso militarmente y con una ciencia muy adelantada. Ahora fragmentada, solo queda Rusia sin ser nunca comunista ni socialista.

Partidos comunistas se formaron en todo el mundo, entre ellos México con el Partido Comunista Mexicano (PCM) cuyos miembros fueron perseguidos y encarcelados. Ahí se inventó la historia del oro de Moscú. Y cualquier movimiento social, obrero o estudiantil, era atribuido al comunismo. Así pasó con el movimiento ferrocarrilero de 1959 que encabezó Demetrio Vallejo y donde fueron presos y llevados muchos trabajadores al campo militar número uno. Después dejaron libres algunos con la amenaza de que serían vigilados por aquella policía del servicio secreto, que de secreto no tenía nada.

En ese movimiento estuvieron presos el muralista Alfaro Siqueiros y el escritor José Revueltas, solo por el hecho de ser miembros del Partido Comunista, pues nada tenían que ver con la huelga ferrocarrilera. Ese hecho sucedió durante el sexenio de Adolfo López Mateos. Gobierno que los reprimió duramente, tanto que Demetrio Vallejo duró 10 años encarcelado y él ni siquiera pertenecía al PCM, y así muchos trabajadores duraron meses y años presos y a otros simplemente los despidieron. Y así el fantasma del comunismo ha servido hasta para matar.

Solo hay que recordar la matanza de Tlatelolco, donde perdieron la vida cientos de jóvenes estudiantes. Y así siguieron los demás gobernantes reprimiendo y matando impunemente o simplemente desapareciendo personas y asustando con el comunismo.

Ahora a lo que sí debemos de temer, es al fantasma del neoliberalismo, donde solo cuenta el dinero y el poder. Actualmente el mundo padece un virus mortal que nos ha cambiado la vida y no se sabe hasta cuando termine esta pesadilla. Pero nos debemos preguntar de dónde salió este virus, acaso fue creado para acabar con el avance económico del país chino; no hay que olvidar que el imperialismo yanqui tiene bases militares por todo el mundo. Ahora solo las grandes empresas farmacéuticas serán beneficiadas, porque la vacuna es vendida en millones de dólares, no se dan gratis, ¿Qué irán hacer esos países pobres que no tengan el capital para comprarla? La ciencia debería ser utilizada para beneficiar a la sociedad y no lucrar con ella, pero eso es una utopía y soñar no cuesta nada. Solo nos resta desearles en lo posible, un feliz año nuevo 2021 y no dejar de creer en la humanidad.

Por Génesis

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